jueves, 8 de diciembre de 2011

AUTOBIOGRAFÍA

Mi nombre es Griselda Rodríguez Martínez, nací en Villa Hidalgo, en el estado de San Luis Potosí. Viví en un rancho ubicado en ese municipio hasta los 3 años. Cuando tenía un año y medio nació mi hermana Isabel con la cual jugaba todo el tiempo. Mi papá trabajaba fuera del estado y siempre estábamos solas o con mis abuelitos. Un día mis padres decidieron que viajaríamos al estado de Nuevo León para buscar trabajo y regresaríamos pronto en caso de  no encontrar nada.
Al llegar a Nuevo León, viví seis meses en la colonia San Francisco con una tía de papá en Santa Catarina. En ese tiempo, él encontró trabajo en una pequeña fábrica como despachador de sodas, duró poco ahí y después entró a la planta como ayudante general. Poco tiempo después nació mi hermano Javier, inmediatamente nos  cambiamos a una pequeña casa en la colonia San Gilberto, la cual sólo tenía un cuarto con techo de lámina. Era muy pequeño pero era nuestra casa.
Inicié mi educación en el jardín de niños que estaba en la siguiente cuadra, el “Octavio Paz”. No tengo muchos recuerdos del preescolar, sólo que en ocasiones nombraba a mi maestra como “mami” o “Tía”. Solo cursé  3° grado de preescolar y después ingresé a la primaria, la cual también estaba muy cerca de mi casa, allí hice muchos amigos, tenía muy buen promedio; sin embargo no sabía cosas básicas de 5°, propias del grado en el que estaba. Le pedía a mi mamá que me inscribiera en un colegio que se encontraba cerca de mi casa, en donde la educación era más completa, ese fue mi argumento, pero la verdadera razón fue que yo quería ser parte del equipo de voleibol de instituto y pertenecer a la escolta.
Para ingresar al colegio a 6° me pusieron un examen de admisión, el cual obviamente pasé con calificación regular debido a la falta de conocimientos generales. Poco a poco fui aprendiendo muchas cosas y mejorando mis calificaciones, nunca estuve en el cuadro de honor de mi grupo, al menos no en primaria. Al pasar al siguiente nivel, secundaria, los avances en mi promedio fueron más notables y en contadas ocasiones obtuve el tercer lugar en el cuadro de honor bimestral.
Terminé primaria y secundaria en el Instituto Mano Amiga de Santa Catarina y posteriormente continué mis estudios en la preparatoria perteneciente al mismo colegio, sólo que las instalaciones se ubicaban en la colonia República, en la avenida Lázaro Cárdenas en Monterrey. Terminé mis estudios propedéuticos en el colegio y tenía dos opciones para continuar estudiando, una de ellas era estudiar medicina y otra, ingresar a la Normal.
Medicina es una carrera muy demandante y además muy costosa; al ser yo la hija mayor de 5 hermanos, era muy difícil para mi papá apoyarme para continuar con mis estudios. De esta manera, opté por estudiar terapia ocupacional en la Escuela Técnica Médica, con la idea de trabajar y pagar mi escuela de medicina. Solo asistí un semestre y me di cuenta que, aunque medicina es una carrera muy hermosa, no era lo mío. Decidí abandonar la carrera técnica y meterme a trabajar de obrera en una fábrica de dulces “Lucas” en el área de SKUINKLES.
Era un trabajo muy difícil al principio, pero con la práctica se volvió lo más fácil de hacer; sólo que era muy cansado pues en ocasiones me tenía que trabajar turnos de 12 horas de día o de noche.
Mientras me encontraba trabajando en Skuinkles iniciaron las inscripciones en la Normal Miguel F. Martínez, y constantemente pedía permisos a mi supervisor para faltar o llegar tarde al trabajo y así poder cumplir con los requisitos de Nuevo ingreso a la Normal.
Al pasar el examen y ser aceptada en la escuela, renuncié a mi trabajo para comenzar a estudiar. Fue una de las experiencias más buenas haber trabajado en una fábrica, pues de esta manera me di cuenta de lo importante que es estudiar para tener mejores oportunidades en la vida.
Al concluir mis estudios en la Escuela Normal, pasé el examen de asignación de plazas estatales, lo cual me puso muy contenta y comencé a trabajar como docente en el municipio de García, en el cual duré dos años.
Actualmente me encuentro laborando en escuelas primarias de Santa Catarina, además estoy por terminar una maestria en educación.
En el trayecto de vida que he recorrido, me han sucedido buenas y malas experiencias; considero que mi esfuerzo por ser mejor y salir adelante tiene ya una gran recompensa, sin embrago considero que es bueno y necesario continuar con mi formación, ya que siempre hay cosas nuevas que aprender.

1 comentario:

  1. Hola Griselda:

    Me gustaron mucho los textos que publicaste, aunque faltan algunos, aún los puedes completar.

    Felicidades por las ideas vertidas en tus escritos

    Esperanza Sifuentes

    ResponderEliminar